Medimos el tiempo cuando tocamos el piano, jugamos al tenis o cruzamos un semáforo en ámbar porque nos daba tiempo. Nuestro cerebro tiene una capacidad extraordinaria para medir el tiempo, pero los científicos no acaban de entender cómo lo hace. Un estudio con ratas arroja nuevas pistas sobre el misterio.
Del mismo modo que un satélite GPS sirve para calcular nuestra ubicación o saber la hora, las mismas células cerebrales que se encargan de informarnos de nuestra posición en el espacio podrían ser las encargadas de medir el paso del tiempo. No es una idea nueva, pero los neurocientíficos tienen...
¿Te gustó este enlace?
0